El megalitismo atlántico constituye uno de los fenómenos más notables de la Europa prehistórica y una pieza fundamental para entender los procesos de neolitización en el ámbito atlántico. urge durante el V milenio a.C. en regiones como Andalucía, Galicia y Portugal, determinando el inicio de un nuevo modo de vivir y de entender el territorio a través del levantamiento de monumentos de piedra destinados a la memoria colectiva y la organización social.
En los últimos años, los avances en las dataciones absolutas han puesto en cuestión la secuencia tradicional del inicio del megalitismo en Europa. Los hallazgos y estudios del siglo pasado y los actuales en la Península Ibérica, como el dolmen de Alberite (Cádiz), el sepulcro de Menga (Antequera) y el dolmen de Soto de Trigueros (Huelva), han proporcionado fechas de construcción anteriores al famoso Stonehenge. Estos monumentos muestran que los procesos de monumentalización funeraria y social comenzaron en el sur de la península ya en el VI milenio a.C., desafiando el paradigma que situaba los orígenes en el noroeste europeo. Así, la evidencia más reciente invita a reconsiderar la Península Ibérica como uno de los focos pioneros y más antiguos del megalitismo atlántico, cambiando el mapa histórico de la prehistoria europea.
Orígenes y expansión
Lejos de tratarse de un fenómeno homogéneo, los estudios más recientes subrayan la existencia de polos simultáneos de origen y su desarrollo independiente en diferentes focos del Atlántico europeo. Así, mientras que en Bretaña se monumentaliza el paisaje precozmente, en la fachada hispano-portuguesa surgen variantes arquitectónicas que evidencian una interacción constante entre comunidades, a menudo a través de redes de intercambio social y simbólico. Esta variedad refleja una evolución diversa marcada tanto por la innovación local como por la circulación de ideas a gran escala.
«Un resumen del estado de la cuestión sobre estos y otros temas conduce a una lectura en la que diversos enclaves funerarios en Europa tuvieron relaciones más estrechas de las asumidas hasta no hace tanto tiempo. La complejidad de estas relaciones supera mecanismos básicos de la difusión marítima, a favor de la integración del megalitismo europeo en las redes sociales y simbólicas de la prehistoria reciente en Europa.»
Bueno Ramírez, P. (2021). Muerte compartida. Arquitecturas megalíticas en Europa. Arqueología y Territorio Medieval, (28), 49-70
Sociedad y paisaje
El megalitismo atlántico llevó consigo la transformación radical del paisaje. Los monumentos, en especial dólmenes y túmulos, aparecen como expresión material de nuevas formas de organización social, capaces de coordinar trabajos complejos y de generar una percepción renovada del territorio. Los estudios cronológicos en Galicia y Portugal han identificado fases de uso, transformación y reutilización de monumentos, demostrando una larga perdurabilidad y una compleja biografía monumental.
Redes, memoria y simbolismo
La catedrática y especialista Primitiva Bueno, subraya el especial papel de las manifestaciones simbólicas en el megalitismo atlántico. Las decoraciones pintadas o grabadas en dólmenes y ortostatos representan no solo vínculos religiosos, sino también estrategias de persistencia de la memoria colectiva y del prestigio social. Los orígenes del fenómeno, según sus estudios, implican no solo grandes construcciones funerarias, sino fases previas en las que las grandes piedras y sus decoraciones anticipan las dinámicas de monumentalización y generan escenarios de alto impacto visual y ritual.
Interacciones y debates actuales
Las investigaciones lideradas desde programas internacionales y resúmenes como los del Coloquio de Santiago de Compostela insisten en la amplitud de contactos de larga distancia y en la integración del fenómeno megalítico en redes sociales prehistóricas paneuropeas. Más allá de las antiguas hipótesis de difusión lineal, hoy se aboga por una visión compleja y poliédrica: el megalitismo atlántico se configura como un mosaico de paisajes y tradiciones generadoras de identidad, memoria y poder.
El megalitismo atlántico revela una compleja red de contactos y desarrollos independientes a lo largo del Neolítico europeo. Su estudio permite comprender la dimensión social, simbólica y territorial de estas primeras comunidades campesinas. La investigación actual sigue enriqueciendo nuestra visión sobre los orígenes y el significado cultural de la monumentalidad prehistórica.
REFERENCIAS
Primitiva Bueno Ramírez, “Muerte compartida. Arquitecturas megalíticas en Europa”
Primitiva Bueno Ramírez et al., “Reconstruyendo Memorias megalíticas (REMEM)”
Ramil Rego, P. et al. (2000): El fenómeno megalítico en Galicia
Romero, J.E.M. (2002): Megalitismo, Agricultura y Complejidad Social